Escala imprescindible en el Mare Nostrum de la Antigüedad y en el Mediterráneo actual, la más extensa y famosa de las islas del archipiélago balear, y de España, posee infinidad de playas de doradas arenas y agua transparente, numerosas ensenadas y pequeños puertos, mientras conserva en su interior un carácter rural que conforma la imagen secular y tradicional de la isla. Mallorca ofrece al viajero infinidad de posibilidades, ya que el paisaje insular es variado y abarca desde zonas montañosas con acantilados hasta costas bajas y arenosas. De Pollença y el impresionante cabo de Formentor hasta Andratx se alarga la sierra de Tramuntana, declarada Paisaje Cultural Patrimonio Mundial por la Unesco. El centro y el levante de la isla es llano, mientras la costa ofrece bellas bahías como las de Alcúdia, Pollença o la de Palma, que acoge la bella capital medieval, Palma de Mallorca.
El aeropuerto internacional de Son Sant Joan, principal vía de entrada de visitantes, goza de excelentes comunicaciones con la Península y con numerosas ciudades europeas. Se encuentra a tan solo 8 km de la capital de la isla. El acceso desde Palma es fácil y se puede realizar por carretera a través de la autovía Palma-Santanyí, en coche o en autobús.
La otra forma de llegar a la isla es por mar, atracando en el puerto de Palma de Mallorca. Las líneas regulares que operan hasta allí parten de Barcelona, Valencia, Dénia y del resto de las Baleares. Por otra parte, son muchos los cruceros que recorren el Mediterráneo haciendo escala en el puerto de Palma.
Desde la estación intermodal de plaça de Espanya, en palma de Mallorca, sale la mayor parte de las líneas regulares de autobuses con dirección hacia las localidades de la isla, del interior y de la costa. Desde aquí parten también el famoso tren de Sóller y las líneas de ferrocarril que van a Inca, Manacor y Sa Pobla.
Existe una amplia red viaria que comunica todos los puntos de la isla, sobre todo mediante buenas carreteras locales y tres autovías, que van a localidades importantes como Manacor, Llucmajor y Alcúdia. En la isla hay numerosas compañías de alquiler de coches y motocicletas.
También es posible alquilar un barco para recorrer la costa mallorquina y fondear en calas de difícil acceso.
Mallorca cuenta con una formidable infraestructura hotelera. La inmensa mayoría de los alojamientos se encuentra en las zonas turísticas de la costa: Cala Major, Platja de Palma, S’Arenal, Port d’Alcúdia, Can Picafort, Cala Ratjada, Cala d’Or, Portocolom, Palmanova, Santa Ponça… En el interior existe una oferta escasa de hoteles o casas de turismo rural a precios elevados. En las mejores playas abundan los hoteles de gran categoría y es muy difícil encontrar habitaciones a precios moderados en temporada alta. Por ello, es recomendable contratar el hotel formando parte de un paquete turístico (transporte + traslados + alojamiento).
La mejor información sobre Mallorca totalmente actualizada y dividida en cuatro secciones. En la primera, titulada Excursiones por Mallorca, se describen cuatro recorridos por la isla. Cada uno de ellos se señala, en un color diferenciado, en los mapas de carreteras de la parte de la isla que se propone recorrer...
Situada en una de las bahías más bellas del Mediterráneo, es una de las mecas del turismo europeo, recibiendo cerca de ocho millones de visitantes al año. A pesar de ello, conserva en su casco antiguo, en torno a su catedral medieval, el encanto de muchos siglos de historia.
En esta zona, de relieve en general llano, con vegetación natural de pinares y monte bajo, se abren largar playas (cala Millor, es Trenc o sa Canova d’Artè) y preciosas calas (cala Mondragó, Portocolom y s’Almonia).
De Andratx a Pollença el viajero puede afrontar una larga ruta por las montañas del norte de Mallorca y disfrutar de los parajes naturales más espectaculares de la isla: impresionantes acantilados, un vasto tapiz de pinares y encinares, y pequeños pueblos. La sierra es Patrimonio Mundial de la Unesco.
En radical contraste con la placidez que destila la isla, su subsuelo muestra unos paisajes subterráneos tan bellos como intimidatorios. Son las cuevas de Artà, del Drach, dels Hams y de Campanet.
Aguas transparentes, playas de ensueño, paisajes completamente despejados de presencia humana… Cabrera es el rincón más sublime del archipiélago balear, un pequeño territorio donde aún puede disfrutarse de la naturaleza en su estado más puro.
Este brazo pétreo en el que concluye la isla por el norte es uno de los espacios más impactantes de Mallorca, donde la roca y el mar se disputan violentamente el espacio sin que la presencia humana se haya entrometido en la creación del paisaje.
El arte gótico tiene en Palma de Mallorca unos exponentes excepcionales: la catedral, el palacio de la Almudaina, la Llotja y el castillo de Bellver. Pero hay más: los baños árabes, las estrechas calles del antiguo Call o barrio judío…
En pleno siglo XXI, aún funciona entre Palma y Sóller un vetusto y parsimonioso tren de madera. Merece la pena realizar el trayecto y completarlo con el encantador tranvía que lleva a Port de Sóller, otra reliquia de la ingeniería ferroviaria.
Este pequeño pueblo es uno de los conjuntos de arquitectura popular mejor conservados de la isla. Pero su fama le viene dada por su cartuja y por el invierno que pasaron en sus modestas celdas dos ilustres inquilinos: Frédêric Chopin y George Sand.
Las perlas artificiales mallorquinas gozan de fama mundial. Una de las factorías más prestigiosas es Perlas Majorica, con sede en Manacor. Aunque también se pueden adquirir en muchas joyerías de Palma, donde venden además alhajas antiguas, como los típicos botones mallorquines.
Los ingredientes de la cocina mallorquina son los que ofrece la agricultura de secano y la huerta domestica, la ganadería basada en el cerdo y el cordero, la caza y la pesca. En pescados y mariscos destacan los calamars farcits, la caldereta, el arroz de pescado o el peix a la mallorquina (cuya base pueden ser serrans, pagells, llampuga o pàmpols, entre otros y según la temporada). El all i oli es la salsa perfecta para acompañar el pescado. La coca de trempó o la de verduras no envidian a la pizza.
Y en cualquier ocasión un simple, pero exquisito, pa amb oli con tomate restregado y aceitunas, constituye el alma gastronómica de la zona rural mallorquina. El dulce más famoso es la ensaimada.
El 1 de marzo es el Día de las Islas Baleares, celebrado con actividades culturales y deportivas en toda la isla. En primavera destacan las celebraciones del día de Sant Jordi, con rosas y libros, así como la Semana Internacional de la Danza y el Festival Internacional de Teatro de Marionetas. En agosto, en el castillo Bellver se celebra un importante Festival de Música Clásica.
Aunque Mallorca no es Ibiza, no falta, muy al contrario, una interesante actividad fiestera para noctámbulos, especialmente en verano.